viernes, 27 de junio de 2008

Próxima Fecha


Fabián Casas














Mantis

Porque creímos que en pocas horas
te iban a guardar en el estuche,
en tu cama de la 206
reinaba un clima de expresionismo abstracto.
Los médicos, blancos y limpios, se movían a pila
por el pasillo.
con una campera berreta y ajustada,
que dejaba su panza al aire,
un viejo le daba papilla en la boca
a tu copiloto de pieza...
Pasillos desinfectados
que inundaba al mediodía
el caldo recalentado.
Propinas a la enfermera, insomnio,
charlas entre familiares comentando el parte
que los doctores, con su letra ininteligible,
dejaban a los pies de tu cama.
Y vos, como una mantis albina,
conectada al suelo y al respirador...
Recé porque no entendí
que la luz y la noche se confundieran tanto.
De vez en cuando, pensé mientras te miraba,
nacen personas que viven toda su vida
sólo para dar amor a los demás,
sacrificando sus deseos y su importancia personal.
Un fenómeno extraño, para tener en cuenta,
sobre el ruido de fondo de la muerte.

Los ciclos

Estuve charlando con tu verdugo.
Un hombre pulcro, amable.
Me dijo que, por ser yo,
podía elegir la forma en que te irías.
Los esquimales, explicó, cuando llegan a viejos,
se pierden por los caminos
para que se los coma el oso.
Otros prefieren terapia intensiva,
médicos corriendo alrededor, caños, oxígeno
e incluso un cura a los pies de la cama
haciendo señas como un azafata.

“¿Es inevitable?” le pregunté.
“No hubiera venido hasta acá con esta lluvia”, me replicó.
Después hablo del ciclo de los hombres, los aniversarios,
la dialéctica estéril del fútbol, la infancia
y sus galpones inmensos con olor a neumáticos.
“Pero”, dijo sonriendo,
“las ambulancias terminan devorándose todo”.
Así que firmé los papeles
Y le pregunté cuando iba a suceder...
¡Ahora! dijo.
Ahora
tengo en mis brazos tu envase retornable.
Y trato de no llorar,
de no hacer ruido,
para que desde lo alto puedas alzar
la mano alzada de tu halconero.

The talented Mister Horla

Dejaste la ciudad,
atravesaste el desierto,
cambiaste de nombre, de profesión,
aprendiste a firmar
en un lenguaje extraño ¿Y para qué?
Si una noche cualquiera
saltás de la cama
y a través de la persiana lo ves en la vereda:
la musculosa de los Lakers,
los tatuajes a la vista,
su sonrisa amigable.

Nebulizaciones

La cabeza en la olla,
el aliento de Mandinga en la cara.
La imagen de unas naranjas
en el cajón de abajo de la heladera;
el sticker de la Virgen
sobre el tablero del patrullero.

La cabeza erguida.
El vapor en el aire.

De El spleen de Boedo, Ed. Vox

Mariana Terrón














Leñador


Oh! leñador! Cuánta leña has de cortar si en mi morada nadie acierta a predecir la dureza de la estación venidera y cuántas aves están ahora volando si en mi morada nadie acusa el canto ni sabe de luz? Yo corté leña entre la maleza, pero tú? Estás orgullosos de lo logrado? Otro en la comarca supera tus hachazos? Mi cabeza rueda, no como el tronco rueda, sino como ruedan las cabezas pero eso es algo que no se suele ver así que te diré que ser honrado no alcanza si en mi morada se pasan los días como uno solo al sol casi todo igual y después más troncos que cortar, más hachazos entrecortados por el canto y corteza desigual y te diré más: hasta mi morada he llevado los más largos en ancho y longitud con mis dos brazos, superando por mucho a mis hermanos que apenas llegaron con ramas cortas y un montón de hojas para encender el hogar familiar y calentar la morada, como el asilo de húerfanos que en el techo lleva la madera que corté yo (anunciación: trabajos de carpintería) en las vigas y los parantes para proteger a los niños sin padres del frío y la congelación o la insolación según el año pasa casi siempre igual como uno solo al sol los días como decía y aún te digo leñador brazos más iguales a los tuyos ni troncos más duros que los que puedes cortar aunque por ser honrado no puedas iluminar ni un cuarto ni las ventanas y tu casa queda tapada por maleza que desespera al caminante pero no puede ser alarmente para alguien como yo que tras ella busca madera para calentar la morada y esperar a los hermanos que vienen marchando marcados por el sol en este día y cada uno según la rotación, vivimos de noche o de día las mismas horas leñador, si nada te acongoja te da lo mismo cualquier hora porque yo dejo el reloj y veo cuándo conviene venir y conquistar la mansa avenida de troncos solos junto al camino y no los toco si no son los que corté yo porque yo, leñador, no predico el trato desigual y tú, leñador, eres tanto como yo quien corta pinos y no quien camina buscando algo que llevar.

Leñador te digo que quien corta madera no tiene que contar más que los hachazos y por eso el descargo del cuerpo al llegar y mirar el hogar prendido y calefaccionado, los hermanos recostados junto al fuego y el juego echado a andar con los soldados por mí tallados en el blanco del bosque cuando la tarea convenía no complicar.

Priorizar? Amortizar? Asegurar la morada contra incendios es tu futuro más cierto? Leñador, tú que por mañana tendrás los diez troncos recién cortados como si fueran estos mismos pero otros porque el bosque es amplio y en cualquier punto externo nos hallaremos cada uno en un extremo para hachar con los golpes marcados por un ruido desigual: cuando aciertas levanto de modo que el canto es continuo y no un tac tac tac tac tac tac entrecortado, lo digo y sigo pensando, solo esto me salvará si la leña logro llevar hasta mi morada y la maleza superada no esconde algún insecto que pese a su tamaño (pequeño) es portador de líquido, como tú leñador, aun cuando en su caso no es sangre sino veneno mezclado con humores imprecisos que matan o alteran la textura y el color leñador, tú tienes sangre que calentar con el cuerpo sudado luego del trabajo o de artesanar en el descanso al sol si vuelves por el camino y tal vez en tu morada no comprenden nada y se lamentan cuando la nube espera y tapa al sol entonces tú, leñador aprovechas la leña un poco más fresca y sigues el camino o sigues dando hachazos cuando el bosque te oye contestar a los propios míos y ya no tac tac sino un continuo como en mi morada estaban uno sobre otro mis hermanos y ya no se sabía donde fuego y donde soldados porque en tanto de madera se iban fascinando cuando atrapaban un enemigo y lo miraban arder, así me quedo yo sin entender qué es lo más raro: si el tiempo de anochecer variando o el único hachazo cuando nublado está por llover y el cielo favorece el hacer del tronco leña antes de que llueva porque antes de este clima hubo otro en que también el sol calentaría y así a cada árbol su correspondiente leñador habrá llegado a su morada con dos troncos bajo el brazo sin ninguna luz y tú leñador vienes cargando tu sangre y tu cuerpo
sudado
como se cargan los días sin pensar
que acabarán
como uno
solo leñador
la primera morada sin luz es la tuya porque aún esperan leña y entre la maleza las ventanas no se ven aunque estén puestas para mirar de adentro hacia fuera y viceversa por la noche negro igual a un azul muy marcado mezcaldo con más negro y la situación de adentro es similar a la de afuera solo que afuera hay troncos que cargar y el continuo seguirá como música en tus oidos un tiempo más o lo que quede del camino como en la noche que caminas brillan las cortnas de las casas donde hay leña partidacon tus brazos quemados por tanto trabajar sin llevar un hijo que te ayude.

de Los libros de año, Ed. IAP, 2005

Mala noticia

Empezaron a coger en la casa de al lado.
No me da enviadia ni pánico ni me entusiasma
no tendría porqué generarme nada pero
la falta de reacción y la atención que sin embargo
le presto al ah ah ah de la vecina
me preocupan: estoy en un lugar que no es
ningún lugar y cuando vuelvo a la cama donde estoy
encuentro que mi habitación es un desastre
ropa sucia y limpia tirada
tazas usadas
papeles libros y cuadernos
dos computadoras que no andan
cajas de medicamentos que no tomo más.
La vecina sigue ah ah ah y espero que nadie llame por tres días.

Nadie llama por tres días
lo sé aunque no estuve porque apenas terminaron de coger
oía las risas, la musíca y otros movimientos
me vestí y salí.
Caminé por Ramallo hasta Melián, donde empieza el barrio
----------------------------------------------------- -/adentro del barrio.
En la cuadra anterior compré un atado y papeles para armar,
me quedé en la esquina hasta que vi a patricia con la moto.
Conseguí 25 y me fui a la casa de un amigo
después a la casa de otro.

Antes de llegar a la esquina del barrio que empieza en Melián
pensé: no suena acá el megáfono deforme de la provincia
-aunque estemos a dos cuadras de General Paz-
que dice sandia calada, heladeras muebles compro
según el día
sí las risas de unos chicos que juegan con el perro
y llaman a Diego para que vea algo.
Tampoco escucho la moto de Patricia.

Cada paso por Ramallo hasta Melián empuja.
No llega a ser una barranca pero hay pendiente.
Mientras espero, compro una de medio
pero tomo un poco y me arrepiento porque no es lo que vine a buscar.
Una mano en la cintura y la otra sosteniendo la lata.
Por un lado, la sensación más fuerte del día: se me congelan las yemas.
Por el otro, esta posición con el brazo arqueado y la vista clavada
en la línea de brea que parece derretida pero seguro no está
capaz significa algo: pienso mucho en mí y no llego a ninguna
-----------------------------------------------------------------------/conclusión.
Tengo que hablar y veo a un chico sentado en el umbral de la casa
-----------------------------------------------------------------------///más próxima
mirá, compré esta cerveza pero no la quiero, vos la querés?
Se la doy y le pregunto por Paticia. No la vio.

Mi amigo se llama Juan y tiene una terraza
nunca nos quedamos adentro, siempre vamos arriba.
En la terraza hay una habitación y nos sentamos en el techo
es lo más alto que podemos llegar sin tener en cuenta la escalerita
-----------------------------------------------------------------/amurada al tanque.
Juan me dice cómo estás, me rio fuerte, él se rie y tomamos agua
--------------------------------------------------------------------/ helada
que es lo único que me gusta tomar cuando hace mucho calor.
Después Juan canta algo que conocemos los dos y me abraza
me dice ya va a pasar y yo le digo ya lo sé Juan.

Me despierto en el techo de la habitación de la terraza y es de noche
Juan no está
trato de bajar pero no me acuerdo dónde había que poner el pie
lo voy a esperar
saco lo que le compré a patricia y armo
aparece Juan con el libro de Quiroga que leímos cuando íbamos al
----------------------------------------------------------------------------- /colegio
me lee Las medias de los flamencos
lo escucho y pienso que este es el mejor lugar en el que podría estar
te gustó? Me dice, me gusta que me lean sin tener que entender, le digo.
Adónde te fuiste cuando me dormí? Dormiste muy poco, bajé a buscar
----------------------------------------------------------- ---------------/ el libro
Este es el mejor lugar en el que podría estar, le digo,
gracias, Juan.

No quería fumar más pero es verano y salvo Juan y marcos
están todos de vacaciones.
Hasta la semana que viene no trabajo y eso significa
no tengo un mango hasta que empiece a trabajar.
Marcos vive en el barrio de adentro y armó una pelopincho en la
----------------------------------------------------------------------------- /puerta
Juan lo conoce porque tocaban juntos antes de que a Marcos le robaran
----------------------------------------------------------------------------- / el bajo.
Vamos a la pelopincho de Marcos.
Llegamos y el padre nos ofrece vino, Juan dice que sí y yo que no.
Juan se mete en la pileta y yo no.
Marcos putea porque manejó el taxi de mierda como doce horas,
no te quejés no te quejés, grita el padre y Juan lo salpica.
Le digo pará boludo que tengo el porro en el bolsillo
y nos reímos todos.
Pienso: de qué nos estamos riendo? Mejor no pensar.

A las once ya había empezado el partido y les digo que me voy.
Camino sola hasta melián que es la calle donde vuelve a ser mi barrio.
Me cruzo con patricia: otra vez por acá? Sí, estuve en lo de marcos.
Camino por ramallo hasta la avenida porque no quiero entrar a casa.
voy por el medio de la calle y la línea de brea no está derretida.
Llego a la puerta de casa, puedo quedarme leyendo algo
pero no sé qué es algo y seguro no se me ocurre qué así que sigo
hasta la avenida y después veo dónde me meto o camino cien cuadras
que es mi método para no pensar, para no saber si llaman por teléfono.

A las doce y cuarto, más o menos, me siento en un plaza todavía sin
----------------------------------------------------------------------------- /rejas.
El camino hasta el banco es de piedras de ladrillo
que en realidad no son piedras y manchan mi jean las zapatillas
la remera y la mochila, toda la ropa que no me quiero cambiar por tres
----------------------------------------------------------------------------- /días.
No sé qué cosa podría no darme fastidio.
Sí, hace calor pero peor es el frío aunque ahora no me banco el calor y
----------------------------------------------------------------------------- / menos
el polvo pegado en los brazos y el pelo: se levanta viento y pasó media
----------------------------------------------------------------------------- /hora.

Aparece Juan con el auto modelo ‘90 que compró para trabajar.
Agarramos la autopista.
General paz y después panamericana.
Vos tenés plata? Mirá si nos quedamos sin nafta?
No te peocupes, tiene el tanque lleno, lo usé y lo dejé lleno.
Pongo la radio cambio a otra y después a otra, apago la radio.
Abro la ventinilla pero empieza a llover.
La lluvia no retrasa ni la tristeza ni el fastidio pero distrae.
Si tuviéramos plata iríamos al mar, le digo
sí, qué bueno el mar, aunque llueva está bueno igual, me contesta
----------------------------------------------------------------------------- /Juan.

Pero al rato llueve mucho.
Paramos en una esso y hablamos de los demás:
un tipo que entró y compró maní pelado
Juan dice que capaz necesitaba cambio
y la mujer que entró atrás suyo y usó la cabina de teléfono
depués no llega nadie hasta que viene una pareja y se sienta en una
--------------------------------------------------------------------- /mesa alejada
ya no les podemos ver la cara, ya no hablamos más.
Termino el café y miro el fondo del vaso
no refleja nada pero me devuelve a la mala noticia
a no querer que nadie llame por tres días
a la habitación desordenada.

Otra vez en la autopista quemamos el tiempo haciendo listas
pasamos tres camiones
nos pasaron dos autos colorados.

Quemamos el tiempo hasta que sale el sol
y nosotros que no dormimos sentimos el día gastado.
Nos vendieron el día usado, Juan!
No, somos nosotros que no lo sabemos usar, como cuando comprás
------------------------------------------------------------- /un producto nuevo
como esos fideos que vienen precocidos en caja
y leés las instrucciones tres veces porque si te equivocás
no compraste nada más y te quedás sin cena.

Acá no hay colinas ni mar
apenas autopista y todo lo que implica.
Ya ni lluvia porque salió el sol y Juan agarró y pego la vuelta,
así que lo que veo es lo que ya vi.
Los mismos carteles y las mismas fábricas que bordean la autopista
algunas casas con terraza
donde nadie come pollo ni se tira a dormir.
Acá nadie trata de subir para encontrar con la mirada un lugar dónde
----------------------------------------------------------------------------- /quedarse.
Acá las personas están moderadamente tranquilas, le digo a Juan.
Juan se ríe y mira para adelante, me vuelve a mirar y se ríe, mira
----------------------------------------------------------------------------- /para adelante.
A veces no te entiendo nada, a veces me gustaría que te salgas de tu
-------------------------------------------------------------- / lugar y entiendas
que no pasa nada, me dice,
nada de nada, es así, no sé en qué te querés convertir pero es así
con buenas o malas noticias, nada cambia demasiado, me contesta
y mira la franja blanca que divide los carriles, intermitente
blanco y negro, o gris plomo, que parece que no termina pero sí
en algún lugar debe estar el final de la autopista.

Para que te quedes tranquila, cargué 20 mangos de nafta.
No, yo sé dónde termina, se convierte en ruta de dos manos, pero no
no podemos ir porque si nos quedamos con el auto va a ser un problema.
Mejor seguimos por lo conocido.
Podemos volver a la terraza o a la casa.
Podemos ir a lo de marcos o a la esso.
Podemos seguir por la autopista pero al final no vamos a llegar.
Dijo Juan y yo saqué la cabeza por la ventanilla.
Entonces tuve viento y ninguna sensación más.

Volvemos a hacer listas?
Tres micros de larga distancia
ningún convertible.

Y volvimos a todos los lugares.
Los lugares conocidos de la lista.
Y entonces dije lo que sabía que se podía decir en cada lugar para que
----------------------------------------------------------------------------- /todo fuera igual
como era antes de la mala noticia.
E incluso jugamos al fútbol con los chicos del parque
y yo que nunca había jugado sentía que sí,
que era natural que estuviera jugando a la pelota en el parque con los
-------------------------------------------------------------------- /hermanos de Patricia.
Ya es el mediodía y si tuviera el celular que perdí en un recital sacaría
---------------------------------------------------------------------------- /algunas fotos.
Dentro de unos meses las encontraría guardadas en el teléfono y
-----------------------------------------------------------/ tardaría unos segundos
en adivinar cuándo saqué estas fotos? Pienso todo eso y dejo pasar a un
---------------------------------------------------------------------------- /delantero
Juan me grita que me mueva y dos o tres chicos se burlan de mí.
Me doy vuelta justo para ver el gol.
Juan se ríe me mira y dice yo me voy yo me voy.
Pero se queda hasta el final y nuestro equipo pierde por tres goles.

Bueno, ya te quedan cuarenta y ocho horas de capricho.
Cómo pasaste las primeras veinticuatro? Viajaste comiste pollo
viste cosas jugaste al futbol, cómo estás?
Me pregunta Juan y me acaricia la cabeza.
Estoy bien, le digo
pero lo que pienso es que solamente estoy más vieja.
Es que una aventura no es así, si no aprendiste a aventurear
no aprendés más, si no aprendiste hasta ahora
no aprendés más, querías una anécdota para olvidarte
la mala noticia? La mala noticia ya está en el mundo
es algo que pasó, te la olvides o no. Ya sé
ya sé pero aunque haga fuerza para convencerme no puedo, Juan.
Voy a desarrollar telekinesis pero no me voy a poder olvidar.
Telekinesis como maría, te acordás? Que le decía a la de física que
----------------------------------------------------------------------------- /tenía?
Que podía mover objetos con la mente? Y la profesora de enojó y la
-------------------------------------------------------------------------- /mandó afuera.
A nosotros nunca nos mandaban afuera.
En la escuela éramos moderadamente tranquilos.
Siempre con esa actitud de estar tomando sol, de esperar a ver qué
----------------------------------------------------------------------------- /pasa.

Nadie llama por dos días.
Volví y no había nada en el contestador.
En la heladera salchichas, lechuga tomates
dos huevos
la tarde después del fútbol quedó volteada.
hice una ensalada para Juan
pero faltan horas, más horas hasta que sean tres días
así que la comemos y nos vamos a dormir a otro lado.
Pensé: no se escucha desde acá el ruido de la autopista
aunque estemos a tres cuadras, se escucha solamente el tenedor de
----------------------------------------------------------------------------- /Juan
contra la ensaladera metálica.

Me duché y fuimos a dormir a la terraza de Juan.
Al techo de la habitación de Juan que está en una terraza.
El lugar más alto al que podemos llegar.
Claro que oscureció y hablamos de las estrellas, como si estuviéramos
----------------------------------------------------------------------------- /en el campo
se ven igual solo que allá son más, dice Juan, allá son más porque son
----------------------------------------------------------------------------- /más necesarias,
y se ríe por hablar de más, se ríe para seguir llenando hasta que el
-------------------------------------------------------------------------- /sueño ya no pide
el tiempo no necesita estopa cuando se puede dormir.
Cada uno en su bolsa
de todas formas abrazados
nos despertamos dándonos la espalda.

Inédito

Noelia Vera














Lucha, soberana del ritmo

Son las horas magras de la productividad
el mundo tiene un mes y pico;
el pico de la historia se reduce a eso
a mirarse el ombligo salido,
echar farm x, alcohol, suspiros...

La calle está a nuestros pies, trece pisos más abajo se derritió la nieve
y aquí estamos nosotras de veranito en julio
vos a fuerza de succión trabajás duro para cobrar en $ueños
yo velo al lado de tu moisés, te doy la leche:
lo que no duermo
a cambio tengo la casa apartada de la guerra.

Cuando un lactante ríe, descubrí,
los interiores prenden
como vos ahora, ves? prendida a mí,
creyéndote los cuentos: falta poco
acaba el día, pongámonos los buzos
de tu padre para olerlo
vas a oír de nuevo el ascensor

son él, las bolsas, el sudor por vos,
lo diario es el precio de tus deseos tácitos
voy a darte el beso de hoy en el hígado, dice
¿me esperabas? toda una vida yo.

Sin concesiones, por convicción

Cuando todo tiemble como ahora lo rígido hecho de verbos
de estas cuatro paredes de papel secante, se me ocurre podríamos
salir, inflar la nube de historieta sobre la cabeza
y mirar adentro la figura de la calma: un poroto se hincha,
sabe como pan de dios, poroto de manteca...

ya en la calle envolvernos vos y yo contra el viento
eso que todo se lo quiere llevar
se lo viene a llevar, es un aliado del tiempo

en la placita de Bulnes, el arenero está lleno
de volquetes infantiles, de triunfos venideros,
de palomas puestas a descansar que es necesario observar y que yo veo,
algo te comunican, lo sé, como siento también que podés
aprender mucho de ese gesto que entrenás, niña dormida abrazada
a tu tortuga: contagiate de su no velocidad, fuerza útil contra todos
los Aquiles y sus causas, yo muy en cambio, quedo
tan afuera de ese interior rico, mudo...

Ahora, entre los árboles con su movilidad
y mi vida quieta ¿qué te conviene elegir?
ves el reflejo de tu perfección en ellos y reís, tas hecha,
sin embargo debajo de mis lentes de sol,
hay un arroyo importado de lágrimas

por eso está muy bien que no lo sepas todo
porque el humor cabe últimamente en nuestra elección de banda
de sonido: dejémonos, dejémonos rodar

va a ser un temblor bueno, un gran abismo de brotes se intercala
somos translúcidos, permeables.

Ad altiora tendimus

Cruzamos la Illya por abajo;
al frente, el horizonte se eleva en Edificios:
ese puñado también vendría a ser un derecho...

Hoy es viernes, dame la hoz, vamos a poner
la gran pileta inflable en esta tierra de nadie porque es nuestra.
Entramos todos. Empezá a llamar con la mano al mundo...

Yo qué sé

Vamos a apurarnos a sorber del piso nuestros roles deslucidos,
cero por ciento capacidad de ahorro es igual a cero por ciento
interés mensual, inspiración.
Los alquileres sobrevuelan nuestro techo de prestado,
es difícil saber qué va a pasar con nosotros de acá a cinco años.
Las entidades no dan crédito a tu palabra y viceversa.
Actuamos con tibieza. Herencia o Nada.

Inéditos

Eran tres los que leían

Eran más los que escuchaban