viernes, 24 de agosto de 2007

Proxima fecha

VIERNES 14 DE SEPTIEMBRE

21 HS

Osvaldo Bossi- Selva Dipasquale - Mariana Suozzo

Centro Cultural El Surco: Boedo 830

Daniel Freidemberg


















Mirada de perro

Urdía el rumor de una mujer la calma
una mujer
que contaba los ángeles del cielo
como si condensara el mundo en sí
y yo era como un perro a la siesta, mirando
el sucederse de las cosas
que ah sí estallaban sí y también
sabían recomponerse
como diciendo "a ver qué pasa"

y eran los días y las noches, y era
la nitidez de una naranja al sol
como diciendo "una naranja"
"¿Sí?" dice la mujer pregunta "¿naranja?"
"Sí" dice el coro
¿Sí?
Ni ella ni yo lo comentamos, ni ella ni yo
sabríamos alcanzar
ciertas palabras
tal cual los ángeles del cielo que ah estallaban
al roce de un cambio de luz
y eran caídas plumas de ángel que
los dos juntábamos
como diciendo "algo a juntar"

Y esa es la historia ¿esa es la historia? un hombre
a su manera ordena el caos
que resplandece ante sus ojos
y la mujer cuenta los ángeles, los hace danzar
al ritmo de sus lentos modos
como reflejos de oro lento en las nubes
que anuncian tormenta
Y ella sospecha
que entre ángeles y perros
hay un secreto que debe descifrar
"todo ángel es terrible" dice,
quién sape si al perro o a mí.

Si algo quiere decir ese breve manchón (la mosca)...

Si algo quiere decir ese
breve manchón (la mosca
posada junto al plato)
yo no lo sé:
antes creía saber, pero las cosas
pasaron de otro modo.
Ahora digo "mosca" y es bastante:
ni ella responderá, ni la palabra
se acercará a tocarla
ni yo sabré algo más.
Y aunque esa forma ajena
se vaya volando,
la palabra está acá
llena de pelos, oscura, intratable.

Sean, cuando abro los ojos...

Sean, cuando abro los ojos, tus ojos,
sea un perfil que sea el tuyo,
sean,
todas las veces que la distancia llame
como sirena a los desesperados,
los movimientos que te dan a ser
cual si vinieras o si te alejaras,
impronunciable, al estilo del mar
y sea,
como la mar entonces,
tu roce en las cosas,
venga a mí el tu dolor
para que me hable, para que descanse y
sea en nos la palabra
como lo que en la niebla se acercaba
y es de la niebla que su
forma arranca: materia de fondo.

De Lo espeso real

Agostina Lopez




















Aprieto los muslos
Casi revirada
Despegó en puntitas de pie
brazos de pulpo envuelven
prensada tengo tu lengua en mis colmillos
no salen de noche
y están fijos
no te suicido
ni esculpo tus sobras de aire
la respiración fogosa
explota por dentro de mis vestidos de lienzos
bambalinas sin bombachas
en fotos aparezco
como bombardeo
deja sin cabezas a los hombres y mujeres
no saben mirarme ni degenerarme
dependen de la artificialidad de las avionetas
aparcan miran el cielo y se morfan las tetas
yo mucho más lejos
Inmaculada perfecta
no los quiero tocar
soy ceniza.

§

Mi vagina tiene muchas páginas
Por eso dejo afuera los zapatitos
Para que vengan reyes

§


Soy la patinadora sobre hielo
Caigo
El hielo abre mi sangre
Dejando ver
Mi piel de plumas

§
Yo soy
Muñeca raspante
ya sé
la desolación está solo en stickers
y yo los compro porque no se vivir
sin sentirme así
recipiente de mundo fogoso
que me acaba encima mientras sigo soñando
no sé hablar
me gusta estrellarme contra las paredes
sustancias de mí en el aire
me miro en el espejo y veo un revolver
no creo nunca
no suicidarme

Gabriel Reches




















Matricida

Si estuviese seguro
de olvidarlo
ya hubiera
asesinado a mi madre
pero el remordimiento
torturaría más
que sus llamadas.

Espero que sepa
morir a tiempo
o un rato antes
mi madre

todos los días
cava fosas
en la cabeza
para sus hijos
quedan vacías
o habitan moscas.

La última vez
que fui a comer
parecía verdosa
y pensé

cuando el infierno te devore
voy a decir mundo
al fin solos.

Dios mío no la devuelvas
encima de todo un poco
más viciada.

Teléfono.
Es la noticia
de la muerte
de mi madre.

No. Es mi madre


La idea definitiva

Tuve que juntar los brazos como si rezara
sucede cuando duerme lo que hay cerca
y pienso unas cosas sobre no verme al desaparecer
ideas definitivas que en las reuniones callo

se llama cavar por amor
predilección por una imagen precisa:

un tipo callado a las tres de la mañana.
pegando patadas a la puerta
y el aparato de cd que no lee Sonic Youth.


Lujan en pato

Planeamos llamar veinticuatro veces
a causa de las letras de un imán de
El Buen Comer que se adhiere a la heladera
jaqueada por el hielo o el deshielo
y su cardumen de restos identificables.

Slogan empanadas premium
encerrás alguna verdad
veinticuatro sabores en la tierra de las sombras
una cena prometida por un peso que llevamos
el tópico hoy:
probar mientras se entienda que vivís.

Cuánto cuesta la de sándalo
un peso
y la de rabia y de tu rabia cortada a cuchillo
cuánto que cuesta. Un peso. Todo.
Veinticuatro veces.
No va a funcionar. No va a funcionar.
A los amigos nada les funciona.

El hombre que recibe pedidos telefónicos
suele hartarse y puf
de vuelta al hogar
otra opción, un libro, un manual
postlaboral de instrucciones
como volverse dios del sol
por correspondencia
pará otra vez
tengo que desistir
de algo. Es que

jamás consigo un papel bueno.
Unico objetivo en la reunión
de huesos y carne que soy:
demorar fracasos en el Ludomatic.

Quién sabe que pasaron las dos o que
cada inventor da vueltas en la cama
con leves desajustes de miocardio.

El domingo a Lujan en monos
¡Peregrinación! ¡Peregrinación!
¡Es mejor viajar en pato!
Relevarlos cuando mueren
en la parte más verde del camino.

Ocho patos al menos
para cargar a un hombre
de estatura media y
nadie tiene tanto dinero
ni tantos patos
ni tantos hombres de estatura.

Medias lunas. Nos reímos mucho
mi chica observa
se pone bien, me siente bien es
que río mucho pero
aquí estamos sin gente lista
para juegos de tablero
interminables emociones.

Muerte de Dios en la cama.
¿Llamamos? ¿Cuánto cuesta
la de sándalo? No. Ya no traen.
Alguien tiene un reloj biológico
sincronizado una hora tarde.

Hagamos un tema con coritos
y quitémosle el tema.
Fer y su entusiasmo.
El sábado empezamos.
El sábado que viene
a filmar una vez por semana
de lo que sea
hablamos y alguien edita.
Una idea: un teatro de títeres.
De muñecos dos puertas.

¿Vamos? En un ratito.
La ocarina. No.
Decime cuál fue, vos, ahora
tu indignidad más grande.
El estampado piano en los tiradores.
Se ríe de mi el que a los quince definía carácter:
psicodélico depresivo.

La gata ciega es muy blanca y pide ayuda.


Inéditos, pertenecen al libro Lo que me hace feliz, de próxima aparición

Eran tres los que leían


Eran mas los que escuchaban

viernes, 3 de agosto de 2007

VIERNES 10 DE AGOSTO

21 HS

Daniel Freidemberg - Agostina López - Gabriel Reches
Centro Cultural El Surco: Boedo 830

Lisa Cargnelutti






















Ni rabia ni deseo
después del ruido

Era cuadrada la mesa
tiré la botella pedí disculpas
escuché los motivos
de papel sudado

Después las horas
hacia delante
mentirosas

Silencio de gente
mentira buenos días
buenas tardes
mentira mi nombre y mi cansancio

Ni miedo ni desprecio
No tiembla la palabra

Pero todavía
recuerdos contaminados

§

Panes dulces
domingo en casa con el invitado clandestino
trozo de pasado te miro
no te cubrió el polvo
trajiste palabras nuevas en mis manos
no aclares
sé cuanto dura un domingo y guardar los restos después
conozco el silencio de la espalda
y será la próxima
y habrá panes dulces
para convidar al que conoce los caminos a casa

§

Cuántos disparos imaginarios he dado
por esta cuadrícula urbana
por sus cloacas
todas las caras de las ratas

En mi casa
mi reflejo cansado
duerme de noche

§

La gota
débil
insiste

Con ese ritmo
respiro

Y es de luz
tu palabra
sólo en mi memoria

Respiro tu palabra
sin las manos
no la suelto

Liliana García Carril






















razón de más

El cuerpo toma decisiones
sin consultarme

crujen las rodillas
como si pisara escarabajos
y la cintura parece quebrarse
como una galleta.

De tu boca, en lugar de humedad
y tibieza, fluyen, frías y secas,
razones científicas, sociológicas

y hasta literarias

palabras palabras palabras

puede procurármelas
y bien organizadas
una enciclopedia

y el cuerpo,
¡oh, traicionero!
encuentra alivio en todas las teorías

pero sigue olvidándose de mí.

el amor necesita un futuro

en la cocina
el porvenir es posible

probables la boca
y la vaga idea de ser alimento

ser el jugo de una fruta,
no dulce sino líquido,
no la fruta sino el carozo
al que se llega sin hambre
pero con enjundioso placer

ser un carozo y terminar
en las raíces de tu árbol

o en una maceta,
incluso en un vaso

con agua estaría bien.

de La mujer de al lado Bajo la luna, 2004

§

algas marinas arrancadas de sus costas
por ciclones de verano
se arrastran hasta una zona calma.

me arrastro hasta encontrar una zona calma,
no hay que alarmarse; se llega
en algún momento de la conversación
y se cambia de tema, se habla
del brillo de las algas en el agua.

inédito

cuidar y alimentar a otra poeta

Estoy de vacaciones con una gran poeta.

Será lo nutritivo de la conversación
lo que me hace aumentar de peso.

Noto que la gran poeta
no sufre del horror de la página en blanco
sino del vacío de la heladera,
la incertidumbre de qué comeremos
las cinco noches que nos quedan.

inédito

Alicia Genovese























La conductora

El auto coleó descontrolado
en la vía rápida;
en la curva conocida
a más de 100
el volantazo pavloviano
esquivó las rejas,
la ligustrina
y se clavó, entre una y otra
como en boxes;
daños mínimos
y dos gomas desinflándose

La conductora abrió la puerta
y bajó al lento
mundo del césped
Siguió la serpiente
de los neumáticos
en el asfalto,
sus obsesiones calcadas
en la huella de caucho,
y la muerte se le incrustó
en el estómago
como un volante

Vio lo cerca que está
lo que está a distancia
y el breve espacio
de maniobra
Recogió las tasas,
un trozo de retrovisor,
disuelta la golosina
de la velocidad;
deformadas las llantas
por la ley de Newton,
la inercia, la tristeza
que no puede saltearse
Recibió a los ángeles
en medio del tránsito urbano

Una nube blanca le atravesó
de lado a lado las sienes
y una respiración asmática
la curaba
cuando el paseador de perros
se acercó corriendo, preguntó
y la miró con ojos grandes:
caminaba
con movimientos normales
alrededor de sí

De La hybris, en prensa (de próxima aparición)

La casa en el aire

junio 29

El terreno fue desmalezado
y la tierra apareció rugosa
como la piel de un recién nacido;

apilados los troncos
dominada la zarza en lo bajo
entré y con una vara
marqué la zona para rellenar,
poco alcanzado por el sol
un limo informe;
al darme vuelta
vi el círculo de árboles
donde iba a estar la casa
y permanecí en su interior
como en un campo gravitatorio;
era el aire, un soplo,
una bienvenida; concluía
un país extranjero
y el páramo invernal,
despoblado el monte
a machete, se reordenaba
con los nuevos
accesos de la luz;
supe de los lugares que te eligen
y se convierten en un centro
sólo con mostrarte
que hay tierra alrededor
que en un giro
se oxigena el futuro;
a la extensión desprovista,
me entregué, sin votos,
a esa soleada austeridad
me confié, sin liturgias;

la vara era tibia
como la primera chispa
y el comienzo, ése

septiembre 8

Echar arena fue traumático
dos barcos descargaron
armando largas tuberías
y el terreno comenzó
a emparejarse
y pensar en las plantas
encontró la prolija
aspereza del relieve

Los vecinos decían
que la hojarasca y el barro
de las mareas luego, sedimentan
van mezclando de oscuro
ese amarillo extranjero
ese color de otras costas
en una hibridación inevitable,
después el pasto crecería

Trepadoras secas tironeé
colgadas de árboles enormes
y espinas, poco visibles,
hicieron lo suyo
sin bondad artificiosa,
pero mientras duraba el mate, vi
un arbusto medio escondido
entre una parva mustia:

un membrillo que echaba
cantidad de flores blancas,
marfiles anticipos de otras,
rodeado, como estaba, por la arena;
confabulado, el libro
que traía en mi bolso
también se situó en el sitio
del devenir:

muestra tu rostro, decía Rũmĩ,
porque el huerto y el jardín de rosas
son mi deseo

y un sol nuboso de invierno
el desierto persa, quizás
o el amante más hostil
resistieran su pedido,
pero estas ramas se alargaron
como una cesta de mimbre
y las flores del membrillo fueron
talismanes, un nudo atado
contra la aridez

Restaba tomar la paciencia
que tienen los ojos del lugar,
nimio, el indicio alcanzaba
para agujerear la negación
y encenderla;
la tarde caía en los claros de rojo
que empezó a volcarse
como un vino temprano


de Química diurna, Alción, 2004

miércoles, 1 de agosto de 2007