Por compañero de ruta
es justo que algunos me miren con recelo,
copiando la distancia que un caballo
toma de un perro apestado.
la luz que entra por la ventana de la pieza
me hace pensar:
Stalingrado.
Sin ninguna moción particular,
sin chispa que valga ser llamada reflexión.
La luz pasa y es floja
y acá hace frío y es cierto que el frío sobrevive
en un cuerpo macho hasta volverlo un dibujo de saliva.
Ayer escuché a alguien diciendo la palabra “corazón”
por eso mientras espero que la estufa caliente
pienso al mismo tiempo en canciones de radio
y en la forma simple que algunos tienen de decir
que la lealtad es un bautismo,
que la traición es una cicatriz que se huele.
*
I.
porque pagaron con cobre
mis estudios sentimentales honro
a mi padre y a mi madre,
la casa con perro de mi padre,
la casa de mi madre
desde la que se ve una iglesia.
II.
para padre y madre el espíritu
se levanta sobre lo concreto
y si es como un vapor
es el que sube de las cosas,
padre y madre en el olor del pan que se quema
ven prenderse fuego un campo de trigo.
*
Desplazadas por gaviotas
las palomas ya no anidan
ni agrietan con su ácido el sueño
donde líneas rectas se mantienen
y cruzan como cables
el cielo amado de la ciudad de mis amores.
Que no sirva el sueño de refugio,
que no sirva ni de cobertor ni de consuelo sirva,
porque lo que pasa, dura pata de palo,
afuera se afirma:
autos del lado contrario,
el despunte de la decepción en un pasaje sucio,
muchos chicos en la lluvia y el viento.
*
Vamos, los muchachos de azul
antes por seguir una pelota
mandaron tanques que quemaron pasto y gente
hoy estamos nosotros.
Vamos, los muchachos de azul
Llueve y los amigos de los amigos
me pasan la botellita,
aunque el equipo gane o pierda
acá y en cualquier lado se tiene que perder la cabeza,
que por más que no se vea hay algo que ata a algunos
y los separa de los otros.
Llueve, llueve y lloverá,
pero nadie se mueve,
ideas se afianzan.
La evolución de las especies es fascinante
y el corazón de las ciudades transpira como un animal cruel.
*
Sentado desde acá
veo trabajar el puerto,
a los chicos en una playa sin arena
al borde de un país que se termina de golpe.
de paso cuento cuervos,
es como contar palomas o gorriones,
contar cuervos,
divertimento simple y austero,
una buena manera de sacar de la lista que traicioné
a mis mejores amigos.
Oh, que sus caras te persigan en la noche,
Ey, que si ves el sol de nuevo te ardan los pies
y te quemen los ojos,
Ay, que sus nombres sean pozos en un campo
permanente, sin mar, ni ríos, ni canales.