sábado, 10 de octubre de 2009

José Villa


EL DÍA

Ella apretujando la mejilla
contra el vidrio, aplastando
las yemas de los dedos
para tocar... ,
revolviendo la espuma
del puchero [y] cantando
una canción entre de cuna
y de lamento: remordimiento

Yo que escucho la voz de las
mujeres pájaro
diciendo diciendo
cuando giro hacia atrás mi
cabeza y oigo mi edad

El sol que ocupa el vidrio
donde ella había sollozado


ENSAYO

Sentada frente a la ventana
a medida en que la noche se vuelca
dentro de la habitación
va quedándose cada vez más quieta

Los rasgos oscuros ganan lugar
y permanece allí mirándome:
soy su hoja húmeda que arrastro
mientras me voy, es su brillo


BEBEDERO

Antes que el día termine
emprendo un viaje
medio gótico
un poco despeinado

Los perros me ladran
a la altura de la plazoleta
De la carpintería sale polvo
en madera

Me observás llena de
picaduras resecas
sobre un guante gris


EL SEGUIMIENTO

Al oeste una nube
de humo y hormigón, el
edificio gris de la cárcel
de caseros Hacia el sur
la capa de smog se adelanta
con reflejos estáticos:
el cielo que debe haber detrás
Hacia el río dos velas pasan
por el óxido verde
En la penúltima cornisa del edificio
blancuzco sobre la orilla
la plataforma de la X
que un pájaro trazó con otro


CAMINO DE VACAS

En el vidrio de la puerta
la sombra de un parante del toldo
(inclinación gris)

Más atrás el reflejo,
la figura de un hombre yendo hacia él

En la parte más oscura de la doble hoja de vidrio
de la puerta
Alguien mira hacia afuera
pero no ve todo esto

Es más probable que antes de mirar
en esa dirección de la que no provienen
los reflejos
se haya fijado en el reloj, corola de un mueble,
haya dicho, alto tocador,
las 10 menos... tantos minutos

Al frente al lado de la puerta que contiene
reflejos un sombrero (de pescador)
colgado de un clavo

Más abajo un teléfono
en la pared con el auricular entrando
en la horquilla del tono
y el cable que al final hace un 8

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