jueves, 3 de abril de 2008

Gustavo Gottfried
















las hijas de Lot


las hijas de Lot dijeron
ya no quedan hombres
y durmieron con su padre
era lo que siempre habían querido
la destrucción de Sodoma
fue la excusa perfecta

pedernal


un niño es librado a la extensión
por los dioses que
en un silencio colonial
escriben la historia
con un rastrojero bajo el sol
del mediodía


una piedra a orillas del río


el agua percibe su presencia muda
ella se deja abrigar
por esa manta y sueña

a veces con el mar
pero está sola
en la pampa que esmerila
las patas de los caballos

mañana quizás
alguno se arrime para beber
y hunda la piedra
bajo su peso firme


mientras tanto el agua
se pliega en círculos alrededor

(De Un Rastrojero bajo el sol, Huesos de Jibia, 2007)

Ultravioleta


Dicen que me expuse al sol del mediodía, que caí en la trampa del mar, del viento, y su perfume salado me atrajo, inevitable. La luz del sol es traicionera en nuestras costas; ya feroz, ya esquiva, siempre lleva al frío de la noche. Sin embargo, el ardor que deja el día es, a veces, suficiente para abrigar mi paso por las calles en las que no te encuentro. Y aunque la arena desgaste, en tu ausencia, cada uno de mis actos y su lazo corredizo los ciña, de mi piel, esa aspereza siempre será dulce.


Inédito

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