viernes, 2 de noviembre de 2007

Susana Villalba


















Pieza inconclusa para piano mecánico

Entonces? Se debe bendecir frente a la muerte blanca. O negra. Bendita ambigüedad, tu sacrosanta confusión y todas tus razones arbitrarias, te bendigo. Ilusión, objeto del deseo y todo símbolo que vele por nosotros, qué importan las preguntas ya hechas, respondidas, si nada se sabe aunque se sepa leer y aunque nos vuelva a suceder, bendito cada uno que vuelve a preguntarse. Como si fuera el génesis, el hombre primero y la primera mujer que se separan. Bendecir la ingenuidad de tantas horas, los meses pasados en preguntas y ese empeño en ignorar. Hay un momento en que el amor atenta, cobra víctima, se salva con imperfecto adios. Bendigo entonces tu fastidio, tu sálvese quién pueda, tu sagrada barriga y tu temor de dios. Nadie da un salto que supone mortal, gracias al cielo. Que todos sabemos que es abstracto. Benditos entonces el instinto que te aferra a tu piso y mi ignorancia de que tampoco vos sabés lo que conviene. Creo en el padre y en el hijo, en la mujer de Platonov cuando lo saca del río como a un niño que apenas se ha mojado los zapatos. Creo en la conveniencia de que no hubiera crecida. No sé si él lo sabía, qué deseaba su amante, hay cosas que no sé y no importa que sean varias veces sabidas y olvidadas. Bendito sea el olvido. Bendito el amor que nos arroja fuera de nosotros. Bendito el egoísmo que nos separa ante el peligro de ser nosotros mismos de otro modo. Y quién quería a Eurídice. El poema, el ruiseñor y no el enamorado que tiñe la rosa con su sangre. Bendita alquimia del barro que coagula donde puede hacer pie, un ídolo que olvide su náufrago latente. No esperes en la costa, siempre es un resto lo que traen las olas, sólo regresa cada uno a su espejismo y el mío es esperar. Nadie salta sin preguntar lo que le espera. Bendita sea la calma, las frutas ofrecidas y una temperatura ambiente, la templanza con que cada uno se aferra al madero que le ha tocado en suerte. O ha elegido? Ambigüedad, bendita confusión, creer que se ha tenido, creer, pensar que no se puede tener si no se entrega. La vida como un mar que viene y va. La muerte de quién te mataría, creo en la soledad como quien cree que nace en la ilusión de un mundo ya perdido. Entonces? Se debe bendecir cuando se encuentra o se cree ser la pieza que encaja en el mecano con que ha levantado el niño su refugio. O desencaja, bendita tentación de voltear todo, armar otra figura, preguntar. Bendita tempestad que vuelve sin embargo a la idea de zozobra. Sigue a su arrojo un giro repentino hacia la costa. Y quién quería la tierra prometida, un paraíso que volveremos a perder por conocido. No es cierto que supimos, no es verdad que rozamos el árbol, no estaba a nuestro alcance la idea del bien ni la del mal, bendita sea. Bendita entonces tu estulticia y tu arrogancia, tu inocencia que te salva de los cargos y bendita tu ignorancia de los otros. Y la mía.

De Plegarias, Ed. La Bohemia

Marea

Esa conspiración en el susurro
cuando nada dicen,
persiste el mar
y la piedra en deshacerse
resistiendo.
Quizá belleza
es esa colisión
eternamente fugaz.
Como el mar el deseo
es movimiento
que comienza donde parece
acabar.
Inútil seducción y sin embargo
la piedra se transforma.
En el amor
se sabe por el cuerpo
el límite del cuerpo.
Esa revelación
que acaba cuando comienza
a hablar.
Como arena arrebatada
por el agua
que toma y abandona
al mismo tiempo.
Querer ir más allá del mar
es el mar.
Ese murmullo que parece responder
es movimiento,
un rugido
como el fracaso siempre de un deseo
es el deseo.
Inútil preguntar la razón
que desconoce un corazón
de agua.
El mar como el sueño
rumorea en la orilla
restos
de la profundidad.
Porque nada dice
dice el mar:
que la verdad es agua
entre las manos
se sabe por tocar.

De Caminatas, 1999

Intriga en Hawaii

Serpentarios agrios espejos separados en cámara sin vestigio de primer amor caliente contra el tocador de cedro sobre un escenario italiano manos de tallar fuera de mí lo miraba sin saber me hinchaba como una yegua desposeída furiosa de acabar en coma en punto muerto claves de marea una cerveza un tugurio en la playa pétalos y pelos nudos un nido latía como un talismán caminé esperé vapor mojé los pies caliente manos de tallar fuerte quien se va se lleva códigos calendas marineras fuga su vela negra el humo abandonado el veneno la próxima aventura en oporto cruel el viento y la pasión en un tazón de lata derramado cortado el cuello fugaz ferroso el polvo sobre cejas con fósforo quemado con pezones al sur más blanco ausente caminé todo lo que él dejaba solo pero no vloví ni por su jean abierto dejando pelo de tallar la boca hinchaba como un vampiro torpe en nueva orleans adicto a poca cosa historietas nunchaku lana de pelos en el pecho en los brazos tan italiano la barra formas de fidelidad la loba del barrio no se casa nunca calzas lilas hirviendo el crack está pegando fuerte cada dos minutos fuerte talla quien se va y yo volví por carreteras por cosas muy seventy en impala en rubia platinada volví en pistola con revistas para él me arrodillé encendí tracé ciírculo aspiré el narguile en camisa cuentas posturas del rosario acaba en la cabeza arrastra cadencioso animales por la playa epouvantable free tan bestia su crin su cuero negro encabritado ante el fuego sabía pánico en los ojos demasiado quieta mi estilo mi bachiller mi guacha intelectual no te soporto en cinta magnetofónica embestida magnífica savia siciliana me quemaba entraña flaca de cuento chino postura postura de katmandú contrapostura magnética flaca de cobre tantos libros una casa haceme una yegua una pesada piedra en tu cama atame a tu corazón demasiado tiempo salvaje demasiado volví y dije casate conmigo paganos en junio todo blanco velas túnicas de barro las calles yo me críe natural muerta llovía pero nunca fui pobre y tus manos amor tallando la madera me calientan más que joyce te lo juro te lo juego con naipes de tarot se disuelve una acuarela fuerte tormenta de verano arrancaba el techo no digas nada lasciame abissame áspero cruda piel caverna filosófica donde veo la sombra de tu baile y tu cuerpo es más es más de lo que puedo soportar

de Susy secretos del corazón, 1989

2 comentarios:

Danixa Laurencich dijo...

una maravilla Susana, te acabo denombrar en mi blog, después de 20 años casi, de no verte, estuve viviendo lejos, y me puse a buscarte...
qué feliz que soy...
aunque sea encontré un pedacito del libro que perdí! lo linkeo! un beso enorme para vos...

Anónimo dijo...

Una bendición.
Y muchas verdades, aunque sean ambiguas.
Gracias. María