viernes, 3 de agosto de 2007

Liliana García Carril






















razón de más

El cuerpo toma decisiones
sin consultarme

crujen las rodillas
como si pisara escarabajos
y la cintura parece quebrarse
como una galleta.

De tu boca, en lugar de humedad
y tibieza, fluyen, frías y secas,
razones científicas, sociológicas

y hasta literarias

palabras palabras palabras

puede procurármelas
y bien organizadas
una enciclopedia

y el cuerpo,
¡oh, traicionero!
encuentra alivio en todas las teorías

pero sigue olvidándose de mí.

el amor necesita un futuro

en la cocina
el porvenir es posible

probables la boca
y la vaga idea de ser alimento

ser el jugo de una fruta,
no dulce sino líquido,
no la fruta sino el carozo
al que se llega sin hambre
pero con enjundioso placer

ser un carozo y terminar
en las raíces de tu árbol

o en una maceta,
incluso en un vaso

con agua estaría bien.

de La mujer de al lado Bajo la luna, 2004

§

algas marinas arrancadas de sus costas
por ciclones de verano
se arrastran hasta una zona calma.

me arrastro hasta encontrar una zona calma,
no hay que alarmarse; se llega
en algún momento de la conversación
y se cambia de tema, se habla
del brillo de las algas en el agua.

inédito

cuidar y alimentar a otra poeta

Estoy de vacaciones con una gran poeta.

Será lo nutritivo de la conversación
lo que me hace aumentar de peso.

Noto que la gran poeta
no sufre del horror de la página en blanco
sino del vacío de la heladera,
la incertidumbre de qué comeremos
las cinco noches que nos quedan.

inédito

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