sábado, 12 de diciembre de 2009

Sonia Scarabelli

















El álamo negro

Despojado en apariencia
de toda vida
y vivo.

Así lo recuerdo
parado y puro
y desierto
por entero de hojas.

Ese árbol era
un álamo negro
pero nosotros nunca
le dimos un nombre.

Era el árbol.
Era real
y era un sueño
que habíamos tenido.

Todavía frondoso
cantaba al principio del otoño
entre los vientos
con tal belleza
que se quedaba uno
hechizado al paso
y sin saber por qué
también cantaba
de vuelta a la casa
por las noches.

Fue el gran espíritu
de una calle sin historia
en la que crecimos
pequeños y frágiles
derivando en un río
de luz incomprendida.

Oh, cuánto hubiésemos querido
crecer y cantar como ese árbol.
Altos y sin temor
y unidos a la vida
con raíces tan hondas.

Pero nacimos débiles
como ciertos pájaros
y a la hora del crudo invierno
volamos lejos.

A veces sueño
reencarnar
en una hoja de ese árbol.
En mi sueño caigo
dulcemente a sus pies
y allí de nuevo
por un instante
todo es uno.


El príncipe

El joven ciruelo
delgado como un junco
con las hojas
salpicadas de oro
me hace pensar
en un príncipe enfermo

si pudiera bailar
para él
como una concubina
y cantar con una boca
roja y tierna
las bodas floridas
de septiembre

y el verde traje
brillante de octubre
y los frutos redondos
y purpúreos de noviembre

si supiera
descorrer para él
los velos del futuro
y mostrarle
la blanca corona
que ceñirá su dulce frente
en un tiempo no lejano

con qué felicidad lo haría
aunque debiera
volverme yo misma
un engaño de la fiebre
una sombra danzante
en la tarde de otoño


ropa tendida

Suelta en la fresca media sombra
mientras el sol oblicuo cae
sobre las terrazas silenciosas,
se balancea la ropa tendida,
y este pequeño cuadro contemplado
de la prenda moviéndose en el aire
me vuelve más dulce la mañana.

Veo ahí un gesto que se prolonga atrás
como a la orilla
de un reino que tuvimos y era
del sol y todos los elementos,
allí esperábamos
giro de la estación pero también
vida y muerte dadas como en una
mano de madre,

distribuidas
como si todo fuera parte de esa
continua, cambiante forma
tan amorosamente empecinada
en mecernos bajo la luz
hacia el batiente y hondo
corazón del misterio.


Stapelias

Las Stapelias son unas extrañas plantas suculentas cuyas extremadamente grandes y bellas flores con forma de estrella sueltan un olor pestilente que atrae a las moscas. Su velluda, áspera textura imita la carne podrida de un animal muerto.

Piel de lagarto,
estrella de mar,
carroña

stapelia
orbea variegata

a mi madre y a mí
nos recordaba
la piel de los escuerzos

tu flor brillante abierta
con puntos grietas de oro
sobre el pardo rugoso
de los pétalos

Animalito
de desolación
cuánta belleza
fragilidad detrás
de la máscara
de diosa,

alma escondida
humilde
hablando de la carne
que perece

Fascinadas te vimos
soltar las cinco puntas
de tu estrella
por años
sin saberte
el nombre cierto

¿qué es aprender
un nombre?

temor y reverencia
nos daba
tu flor
de cielo inverso

carita de la vida
de la muerte
hermosura
nuestra

corrupción
que se anuncia
deslumbrando


No la nada

Para Germán Scarabelli
In memoriam

¿Será verdad que sólo
hay un vacío enorme tras las cosas
cuando vemos
subir la luz de un cielo como este
y abrirse el día así? ¿Será
verdad que atrás de estos colores
que el otoño dispersa, la belleza
y el dolor de los cuerpos
un santo ríe y nos espera
gozando de su engaño
con la furia inocente de lo altísimo?
¿Que hay consuelo después
como hay ahora
desconsuelo y salimos
despiertos de este sueño
y no al contrario?

Qué batalla la nuestra
si es tan dulce
a veces
cambiar esas miradas
con la luz
y si también la noche
se siente que cobija
a ratos
lo que nos duele atrás
de lo que somos.

Lo pienso ahora
que parece que te vas
y estás quedándote
al mismo tiempo en todo
lo que veo. Y no se pierde
tu forma, rasga un velo,
me digo, que entorpece
mirar lo que está ahí,
lo que sentimos
amar, y cuesta irse,
confiar en la ilusión
que, cuentan, es
lo misteriosamente
diferente
y no la nada.


De Flores que prefieren abrirse sobre aguas oscuras, Bajo la luna, 2008.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente poesía!

Beatriz Graciela Moyano dijo...

Sonia buscando contacto contigo por el tema del Festival de poesía en Rosario, me encuentro con tu maravillosa poesía. Soy una de tantas poetas de Rosario, el sábado recibo de una editorial de Bs. As. mi primer libro y me hubiera gustado presentarlo en alguno de los eventos. Una lástima que cuanto con tan poco tiempo. Felicitaciones por tus obras.

Beatriz Graciela Moyano dijo...

Sonia tu hermano me habló de ti por eso intento contactarme y dado que no tengo tu mail lo hago por este medio.Gracias