jueves, 22 de noviembre de 2007

VIERNES 14 DE DICIEMBRE


21 HS

Walter Cassara -Silvia López - Ariel Schettini

Como cierre del año tocará Pedro Ferdkin

Centro Cultural El Surco: Boedo 830

Rodolfo Edwards


























TIGRE: UNA CIUDAD CON CALLES DE AGUA

Tigre:
una ciudad con calles de agua
a partir de hoy
te quedan 35 veranos
35 islas que descubrirás
de un solo golpe
carambola chiripa casuales casualidades
solísimo en la cruz nacional
en la política rojiza de los otoños
nadie
nadie desea morir
la muerte se sube al viento
la muerte se sabe el ritmo
carga huesos de caballos
de calesitas acaecidas
en sucesivas mañanas
de mil novecientos setenta y uno
hay hojas diferentes
pendiendo del árbol que sucede
sin nombre en el tedio
en la generala sonora
que se eleva de las marchas
en espumas del torrente correspondiente
guijarros oh sí los guijarros
la infinita llanura
es carne que devora el infinito
haremos un sol nuevo
con todas las inocentes estrellitas
he solicitado de vosotros
un equipo de fantasmas
una colección de imágenes del sueño
vuestra voz acaecida
ha respondido finalmente
con su premonición sin sombra de sospecha
Tigre:
una ciudad con calles de agua

(a Leopoldo Lugones, a Haroldo Conti, a Rodolfo Walsh,
in memoriam)



DIOS ALIKAL

oh Alikal
dios de sal
antimuerte
vacuna diaria de los descarriados
como una madre antigua
su infinita prole
cuentas las botellas vacías
los caídos los imbéciles de siempre
buscas en los rencores
en los senos de Pupé
en la bisectriz rancia que pare la luna
en sus lentas retiradas
soy un cachorro político
por treinta dineros
vendí mi corazón
falange de ángeles
en el infierno hepático/biliar/apátrida
hay una cosa llamada gracia
y tú la tienes oh redentor
resucitador perdona vidas
llenas mi galera de símbolos
y acometo la hermenéutica
con un puñal de utilería
un informe psiquiátrico
y un dado de plastilina

oh todo poderoso Alikal
dios en polvo y marimba
aplaca esta maldita ansiedad
que el sueño empaña
alarde osadía conjetura
de los santos demonios
modos de vivir
modus operandi
en la noche cruel y estúpida y genial
todo mezcladito en ese guiso
en el río revuelto sin ganancia
seremos un tibio recuerdo
en la filigrana del mantel
donde se posa una mosca
curiosa y asesina
almas vibrantes
en la retórica del vasito
dios Alikal
intercede
entre nuestro borracho corazón
y la querida Providencia
cuando el cielo está derrumbándose
danos paz y sosiego
en el bajón en la resaca
en las arenas del tobogán
amén


COMO CALAMARO Y COTI

Coria pasó de la gloria a Devoto
“Exvoto” se llamaba
aquel poema de Girondo
por la Avenida Udaondo
meto quinta a fondo

hice otra vez doble falta
doble falta: tus ojos
doble falta: tus senos
doble falta: tu nariz y tu pelo
de ese jean que te sujeta para sí
también tengo celos
y me como un caramelo

tu amor fue como un rayo
que atravesó todo el cielo
una pelota verde fluo rebotando
en el Abierto de Managua
y yo me pregunto:
¿qué es la piragua?
lo mismo que el teto
pero abajo del agua

las bisagras del infierno
y el show de tu sonrisa
en 1991
en el Bar El Triunfo
de Puán y Directorio
me dijiste:
“Axel Rose es el mejor cantante del mundo”
y no nos vimos nunca más
nunca más

Coria pasó de la gloria a Devoto
y hoy juega un Challenger en Brasil
en un pueblo de Brasil

Coria pasó de la gloria a Devoto
(repite 3 veces)
inéditos

jueves, 15 de noviembre de 2007

Sebastián Hernaiz



























Lectura

a L.K.

Para mañana despertar temprano, por eso de ir a trabajar,
la noche ya nos tiene hace largo rato acostados.
No dormimos, sin embargo, y le leo a mi chica
un poema. Sin importar de quién,
elijo un libro de una fila que se extiende al borde de la cama. Contra la pared,
libros apoyados en el piso que se hizo biblioteca al lado del colchón:
no sé qué poema leeré, qué poema le leeré, alguno corto,
parece lo mejor. ¿Para qué se le lee un poema a una chica,
en la cama, siendo tarde y que mañana hay que ir a trabajar?
Después de escucharlo, me abraza y no dice nada. Su piel desnuda
me da calor, así, acurrucada, y sé que cierra los ojos, que quiere dormir.
Yo sigo leyendo los poemas del libro cualquiera. Pero pierden gracia ahora
y los ojos empiezan a pesar, el velador encandila
y las letras adquieren un volumen difuso. De pronto
creo tener el tono de un poema. Pero dejo el libro
abierto boca abajo, apago la luz, y me duermo.


manifiesta

pende en la pendiente cotidiana
una mente atrofia corporal

se inclina
putita linda ante la debacle
social sensual personal
numérica y cromática
-mucho negro dando vuelta-

la envuelve
-todos negros girando en rededor suyo-

numérica y cromática
-muchomucho mucho negro y alguna negra linda-

y el alud -y entonces, ¡atención!- de realidad se traba en los versos
¿la poesía es pendiente de por dónde alud penderá, caerá?
¿la poesía está pendiente? ¿del alud? ¿de la pendencia constante de la realidad que
rueda, roda, horada?
¿acaso pendiente, entonces, de si acaso no es ella la pendiente por donde alud penderá,
caerá rodando arrastrando versos contra el último rincón de una página, deshechos
versos en montón de negros caracteres estrolados contra el filo del margen de una hoja?

-ay, negrita linda, la poesía me puede
y sé que tu embarazo de quince meses y ocho versos no va a tener techos donde llorar
y sé que te haré llover regalos inútiles chiches coloridos tarjetitas caras con sonido pero
el nene no habrá de tener qué comer-

y canto:
“ay, negrita linda,
la poesía me puede
y sé que tu embarazo
de quince meses y ocho versos
no a va a tener techos donde llorar
y sé que te haré llover
regalos inútiles
chiches coloridos
tarjetitas caras con sonido
para el nene que no habrá
de tener
qué comer”


¿Qué cosas son, acaso, el poema?

"Materia de disputa la poesía"
S. Raimondi, Poesía civil

¿Qué cosas son, acaso, el poema,
aquellas luces de la tarde reverberando en las hojas, acaso, de estos árboles de
primavera,
la mueca nueva que encuentro en tu cara, el silencio dormido,
o esta oscuridad baldía que algunos llaman noche? ¿Qué
cosas son, acaso,
acaso son
tu desnudez bajo una sábana, acaso el tono de una guerra?
¿Qué cosas, qué, qué poema es? ¿Acaso
el que se escape al repetir
del repetirse, qué,
cómo, pueda huir del ser de nuevo
uno más del engranaje, cómo,
poema, acaso, ser sentido nuevo del sentido, ser lenguaje
crítico de lo dicho, qué cosas
son, acaso, el poema,
la crítica festiva, el festejo crítico, la grandilocuencia, el tonito amanerado, qué
cómo
cómo el poema como piedra
a ser tallada, cómo el poema
arrojable al medio de la tanta nada? ¿Acaso qué,
no se lee, no se escribe a fuerza de trabajo el poema ya escrito en la mugre de las uñas,
o se va de cero a uno y de ahí hasta el poema? ¿Qué cosas son,
acaso, el poema,
el verso limpio, una mirada, prisma ágil, acaso ritmo? ¿Acaso son mis disyuntivas
falsas? ¿Qué cosas son, acaso, el poema? ¿El poblarse de marcas
de época, acaso, o acaso marcar la época? ¿Trabajar la contemporánea eternidad es, acaso, el poema?
¿Es mi recibo de sueldo un poema, acaso? ¿Es un forro, acaso, al menos un esbozo acabado? ¿Acaso es,
mi cuerpo transpirado de trabajo y sexo un manifiesto estético, tal mi pose? ¿Qué cosas
son, acaso, el poema? ¿Las sensaciones, las ideas,
algunos muertos? ¿Las condiciones materiales
del lenguaje, tradiciones, acaso algunas transacciones? ¿Son
acaso las dudas, sin dudas
acaso las certezas, la política y o la pereza, crear o discutir, qué, qué cómo, qué? ¿Qué cosas,
qué, acaso, el poema? ¿La búsqueda
rondando el objeto, intimando, qué, la construcción de una historia
de la lengua, su económico y geométrico juego de un nosotros? ¿La búsqueda es
de la búsqueda, quizás? ¿Entonces, o no? ¿Qué cosas son, acaso, el poema?

Juan Diego Incardona




























formaciones al compás de los bombos de las unidades básicas
redoblantes de las bandas de rock más peleadores que si fueran
buenos federales como ellos que vienen a pisar los jardines--
pasa la comparsa y todo lo que veo me resulta fantasía
porque yo no soy más que un chico de la mano de mi madre
atrás de los tapiales apenas iluminados por los faroles de Larre
que alargan las sombras de los pasistas hasta las banquinas de pasto
donde perros devotos ladran al cielo perseguido por la tormenta
al final del campito de los pampas que enterraron a Ramos Mejía
secretamente
al comienzo de las cuadras de matricerías y talleres
abandonados desde que llegó la importación-
conmueve ver el baile en la vieja calle industrial
los chicos de Las Achiras vienen con la murga del Sur
las pandillas de Villa Lucero malvón rojo en el bajo verano
retumban la cresta del basural de mi carne
donde humean los deshechos imperialistas
el alma de la ciudad
y de la boca de los túneles escapan ratones y vuelan vampiros
-pinchando venas a la burguesía
cruzan la autopista y desatan la violencia
armados con bombitas de agua y espuma de la rabia
implacables en el avance como camiones por la Richieri
mueven las manos frenéticamente y galopan como caudillos
esta montonera sobre piernitas mal alimentadas
que patea cualquier cosa que se cruce en su camino
en competencia con el desfile emplumado de la calle—
pobres pero poderosos
en torno a las lonas pintadas de Viva Perón que se contraen
por los golpes de los murgueros
y los primeros truenos
que sueltan la lluvia sobre la avenida Boulogne Sur Mer-
miren el desbande en el barro
allá se van en todas direcciones
antes los vimos torturados en los galpones de Camino de Cintura
fusilados en los potreros atrás del Mercado Central--
es el cardo lo que crece en las comisarías de Madero
es el olor de la orina lo que corre en el Matanza--
miren allá donde le salió la viuda al gomero
las hormigas de colores voladas en las hojas
por la calle muerta que está llena de autos quemados
van y vienen por los barrios bustos que el tiempo borró sus caras-
la calle muerta está llena de turcos quemados como San Emilio-
los que se ahogaban en el río empujados por los gendarmes
tarareando aires que los perros del campito todavía tragan
de esa carne hinchada se levantaron con el calor
vaciaron las villas y llenaron camiones los punteros
para saquear supermercados en diciembre—
cabecita negra de la Virgen de Luján
entre balas perdidas yo no soy más que un chico
de la mano del carnaval--
que me llamen volador si sé volar (1)
si sé pelear que me llamen hijo.

(1)Sobre un verso de Zona, de Apollinaire.

inéditos, de la serie "Autopista Richieri"

*

Palermo Hollywood

Siempre estoy dado vuelta
Siempre estoy dado vuelta
Siempre estoy dado vuelta y qué!

Flema

Palermo Town Palermo Down
la loba sale de la jaula al norte de la avenida Juan B Justo
en tu honor son estos versos por tus pechos que amamantan el sábado a la noche
camareras y vendedores ambulantes con anillos y poder afrodisíaco

Palermo Town de consumidoras fieles y clientas potenciales
que buscan amores de su vida en los bares de Fitz Roy
No encuentran esas chicas lo que buscan y a cambio les ofrezco souvenires
entre luces y ruidos mundanales doce pesos calman los espíritus

Atormentada porteña, hermana, no reprimas tus deseos
vacía los bolsillos y compra un wonderful object de mi empresa
que el Down calmará tus dolores igual que un analgésico

Palermo Town Palermo Down
Grandes satisfacciones al final de la fiesta
Las chicas recuperan su osadía nocturna
entre brillitos embriagadores un efecto vampírico
altos borrachos del país incrustan maxilares en sus cuellos

Palermo Down de la mar serena estaba la mar
Se apaga el bullicio a medida que amanece el domingo temible
pero ellas vuelven a casa convertidas en reinas
la frente en alto y el glamour hasta las nubes
No hay adjetivos para describir lo bien que les queda

¿Quieren ver los mejores anillos?
Sus inmensos poderes afrodisíacos
las pueden sacar de sus cabales
Es mi deber advertírselos

Palermo Town Palermo Down
la loba vuelve a la jaula después que amasé mis grandes fortunas
En la parada del colectivo recupero el aliento que antes
mis discursos ahogaron de palpitaciones y muletillas

Palermo Town Palermo Down
cada noche peleo mi último round


Vendedor Ambulante

fatisco porteño delta X de mi vida
paralelas doble T delta T noche cerrada
adentro de las cajas me viajan multitudes
a velocidades medias descomponen interiores

tejido epitelial mucosa bañada de mucina
digo hola digo anillos digo suerte padrenuestro
mi verborragia electrificada de adjetivos calificativos
entre mesas vende objetos a las chicas fascinadas

me abro paso desgranando compradores potenciales
un reflejo de neutrones recupera ciudadanos
en la trompa encendida se incorporan las lloronas
palabrejas submaxilares e ideas sublinguales

ojos pintados me relojean cada vez más
la cara ambulatoria y el bulto con lujuria
es la hora del sexo con la clientela cenando
mi flujo radiante anilla manos de insulina

poderes afrodisíacos de los islotes de Langerhans
un entusiasmo nuevo se percibe saltarín
como música electrónica el deseo polimorfo
sacude la pista en plena vereda del Bar Único

discursos vendedores mano femenina en mano
pierden patas las sillas turcas de la hipófisis
saltando en las baldosas de los pubs una rayuela cuyo cielo
nubla la naturaleza humana por encima de los hombros

vendedor ambulante será peor que axones metálicos
perforando cavidades vierte el cefalorraquídeo burgués
cobra el vuelo a las fénix señoritas renacidas de la crisis:
¡Qué bien les quedan los anillos! ¡Bienvenidas al éxito!

inéditos, de la serie La venta ambulante

domingo, 4 de noviembre de 2007


VIERNES 9 DE NOVIEMBRE

21 HS

Rodolfo Edwards -Sebastián Hernáiz - Juan Diego Incardona

Centro Cultural El Surco: Boedo 830

viernes, 2 de noviembre de 2007

Carlos Battilana




















Filatelia

mi padre
colecciona estampillas

es una tarea
menor
que requiere
de atención
y de goce

de joven
ha trabajado en el Correo
y su amor
por las formas y los colores
posiblemente
se remonte a ese origen

los sábados
por la mañana
de 1970
setenta y uno
acumula
4 álbumes
y ordena
las nuevas
y viejas estampillas
de argentina, usa,
brasil y canadá

las mueve
de lugar
las desplaza
minuciosamente
usando
una pequeña pinza
de depilar

yo
observo la tarea
a la distancia
y admiro
esa labor
artesanal
la precisión
que requiere
el cuidado
de una tarea ociosa


Parrilla

Sobre el fin de la calle
rumbo al cuartel
hay un asador:

es verano
pero corre una pequeña
brisa.

Mi padre
mi madre
nuestros hermanos
disfrutan de la cena
familiar
al aire libre.

No hay nada que temer
estamos abrazados por el campo
el mundo acontece en ese punto
minúsculo del universo. Tengo
seis años. Conozco
todo
lo que me circunda.
Somos libres
en el lugar.

Mi padre es feliz;
se rodea de sus hijos
de su mujer
tiene información suficiente
para proveernos
durante algunos años:
axiomas, libros, narraciones
de adolescencia.
Ahora que
su muerte es fresca
y reciente, recreo el instante
en que mi padre
distribuye la carne,
las achuras, las ensaladas
en derredor.
Mi madre lo roza con los ojos
y deliberadamente
lo deja hacer
deja que su fuerza crezca
allí, en ese punto
minúsculo del universo.



Materia

Miro a los niños. Uno, dos,
tres…El peso de
estos años
fue terrible
y casi no hay paz
en el
aire. ¿Quién
podrá
fuera de la política,
alejado del Capital,
decirme: este objeto
es pequeño
aquella alegría
es versátil
esto se inscribe
en el terreno de la
bondad?

Saludo con mi mano izquierda
a los próceres
del día
y camino
bajo la lluvia
a costa
del pasado.

La línea de la playa
es gris, pero hay
viento. En estos terrenos
fríos la pobreza
no es posible, el constante
sobresalto
se vuelve una moneda
real. Apoyo mis pies
en la arena, hago un hoyo
con mis manos,
arrojo
sin tristezas
un poco de materia
al aire.


Estos poemas pertenecen a Materia (Bahía Blanca, Vox, 2010)










Nurit Kasztelan


















La molienda

Estoy sola como el mundo.
Soy plana como el mundo.

Lo único que quiero
es provocar
un estado de tensión
en el que las cosas se rompan
y no haya ruido.

Funciono como las plantas,
si aspiro demasiado
me ahogo.

En Méjico me contaron
de una mujer
a medida que molía el maíz,
su brazo iba desapareciendo.


Soy como esa mujer
que se muele a sí misma.
me escribo
y desaparezco.


La vigilia

No puede dormir,
finge que duerme y por las noches
espía a su madre en puntas de pie,
teme que ese pedazo
de mamá se rompa
que huya
de esa nena mala.

A todo volumen la música
no sirve para esconder
lo que la mamá le dice,
la nena se atraganta en su llanto,
llora con hipo
y por las noches
escribe su desamparo en el aire,
lo mezcla
con las estrellas del techo.

Los ojos abiertos
no le temen a la oscuridad
sino a algo más negro.
Respira en una bolsa
de plástico
guarda el aire, el aire como un tesoro
si sostiene la bolsa no se asfixia.

Inéditos

Ars poética

Hay distintos tipos de poemas.
Unos se vuelven ejercicio,
pensando el lugar vacío
donde se posa
cada palabra.
Otros rellenan letras,
forman figuras conspicuas,
producen sensaciones pictóricas.
Los musicales
acarician lo áspero, lo cotidiano
se columpia en la lengua.

Pero los que a mí me salen
son esos que se escriben de un tirón,
en cualquier lugar.

Brotan de mí,
fluyen en una masa amorfa
que se infla y desinfla
como un gato dormido.

Voy a vivir en el instante
que me prestaron por un rato.

Allí me veo,
obnubilada
por la resaca de la luz,
por el óxido de la tierra,
donde las palabras danzan
en un sinfín de roces perdidos.


Adolescencia

Las conversaciones
entre la niña y la mujer
se diluyen en un murmulllo
que acepta tu voz.

Las parábolas de mi inocencia
se volvieron volubles,
algoritmos de tristeza
que no tienen secuencia.

Mi niñez se hunde
se aferra a mis dedos.

Dame la mano, mamá.
No la sueltes, papá.

Estoy al borde del llanto.
Ya no deseo nada.

De Movimientos Incorpóreos, Ed. Huesos de Jibia, 2007

Susana Villalba


















Pieza inconclusa para piano mecánico

Entonces? Se debe bendecir frente a la muerte blanca. O negra. Bendita ambigüedad, tu sacrosanta confusión y todas tus razones arbitrarias, te bendigo. Ilusión, objeto del deseo y todo símbolo que vele por nosotros, qué importan las preguntas ya hechas, respondidas, si nada se sabe aunque se sepa leer y aunque nos vuelva a suceder, bendito cada uno que vuelve a preguntarse. Como si fuera el génesis, el hombre primero y la primera mujer que se separan. Bendecir la ingenuidad de tantas horas, los meses pasados en preguntas y ese empeño en ignorar. Hay un momento en que el amor atenta, cobra víctima, se salva con imperfecto adios. Bendigo entonces tu fastidio, tu sálvese quién pueda, tu sagrada barriga y tu temor de dios. Nadie da un salto que supone mortal, gracias al cielo. Que todos sabemos que es abstracto. Benditos entonces el instinto que te aferra a tu piso y mi ignorancia de que tampoco vos sabés lo que conviene. Creo en el padre y en el hijo, en la mujer de Platonov cuando lo saca del río como a un niño que apenas se ha mojado los zapatos. Creo en la conveniencia de que no hubiera crecida. No sé si él lo sabía, qué deseaba su amante, hay cosas que no sé y no importa que sean varias veces sabidas y olvidadas. Bendito sea el olvido. Bendito el amor que nos arroja fuera de nosotros. Bendito el egoísmo que nos separa ante el peligro de ser nosotros mismos de otro modo. Y quién quería a Eurídice. El poema, el ruiseñor y no el enamorado que tiñe la rosa con su sangre. Bendita alquimia del barro que coagula donde puede hacer pie, un ídolo que olvide su náufrago latente. No esperes en la costa, siempre es un resto lo que traen las olas, sólo regresa cada uno a su espejismo y el mío es esperar. Nadie salta sin preguntar lo que le espera. Bendita sea la calma, las frutas ofrecidas y una temperatura ambiente, la templanza con que cada uno se aferra al madero que le ha tocado en suerte. O ha elegido? Ambigüedad, bendita confusión, creer que se ha tenido, creer, pensar que no se puede tener si no se entrega. La vida como un mar que viene y va. La muerte de quién te mataría, creo en la soledad como quien cree que nace en la ilusión de un mundo ya perdido. Entonces? Se debe bendecir cuando se encuentra o se cree ser la pieza que encaja en el mecano con que ha levantado el niño su refugio. O desencaja, bendita tentación de voltear todo, armar otra figura, preguntar. Bendita tempestad que vuelve sin embargo a la idea de zozobra. Sigue a su arrojo un giro repentino hacia la costa. Y quién quería la tierra prometida, un paraíso que volveremos a perder por conocido. No es cierto que supimos, no es verdad que rozamos el árbol, no estaba a nuestro alcance la idea del bien ni la del mal, bendita sea. Bendita entonces tu estulticia y tu arrogancia, tu inocencia que te salva de los cargos y bendita tu ignorancia de los otros. Y la mía.

De Plegarias, Ed. La Bohemia

Marea

Esa conspiración en el susurro
cuando nada dicen,
persiste el mar
y la piedra en deshacerse
resistiendo.
Quizá belleza
es esa colisión
eternamente fugaz.
Como el mar el deseo
es movimiento
que comienza donde parece
acabar.
Inútil seducción y sin embargo
la piedra se transforma.
En el amor
se sabe por el cuerpo
el límite del cuerpo.
Esa revelación
que acaba cuando comienza
a hablar.
Como arena arrebatada
por el agua
que toma y abandona
al mismo tiempo.
Querer ir más allá del mar
es el mar.
Ese murmullo que parece responder
es movimiento,
un rugido
como el fracaso siempre de un deseo
es el deseo.
Inútil preguntar la razón
que desconoce un corazón
de agua.
El mar como el sueño
rumorea en la orilla
restos
de la profundidad.
Porque nada dice
dice el mar:
que la verdad es agua
entre las manos
se sabe por tocar.

De Caminatas, 1999

Intriga en Hawaii

Serpentarios agrios espejos separados en cámara sin vestigio de primer amor caliente contra el tocador de cedro sobre un escenario italiano manos de tallar fuera de mí lo miraba sin saber me hinchaba como una yegua desposeída furiosa de acabar en coma en punto muerto claves de marea una cerveza un tugurio en la playa pétalos y pelos nudos un nido latía como un talismán caminé esperé vapor mojé los pies caliente manos de tallar fuerte quien se va se lleva códigos calendas marineras fuga su vela negra el humo abandonado el veneno la próxima aventura en oporto cruel el viento y la pasión en un tazón de lata derramado cortado el cuello fugaz ferroso el polvo sobre cejas con fósforo quemado con pezones al sur más blanco ausente caminé todo lo que él dejaba solo pero no vloví ni por su jean abierto dejando pelo de tallar la boca hinchaba como un vampiro torpe en nueva orleans adicto a poca cosa historietas nunchaku lana de pelos en el pecho en los brazos tan italiano la barra formas de fidelidad la loba del barrio no se casa nunca calzas lilas hirviendo el crack está pegando fuerte cada dos minutos fuerte talla quien se va y yo volví por carreteras por cosas muy seventy en impala en rubia platinada volví en pistola con revistas para él me arrodillé encendí tracé ciírculo aspiré el narguile en camisa cuentas posturas del rosario acaba en la cabeza arrastra cadencioso animales por la playa epouvantable free tan bestia su crin su cuero negro encabritado ante el fuego sabía pánico en los ojos demasiado quieta mi estilo mi bachiller mi guacha intelectual no te soporto en cinta magnetofónica embestida magnífica savia siciliana me quemaba entraña flaca de cuento chino postura postura de katmandú contrapostura magnética flaca de cobre tantos libros una casa haceme una yegua una pesada piedra en tu cama atame a tu corazón demasiado tiempo salvaje demasiado volví y dije casate conmigo paganos en junio todo blanco velas túnicas de barro las calles yo me críe natural muerta llovía pero nunca fui pobre y tus manos amor tallando la madera me calientan más que joyce te lo juro te lo juego con naipes de tarot se disuelve una acuarela fuerte tormenta de verano arrancaba el techo no digas nada lasciame abissame áspero cruda piel caverna filosófica donde veo la sombra de tu baile y tu cuerpo es más es más de lo que puedo soportar

de Susy secretos del corazón, 1989

Eran tres los que leían


Eran más los que escuchaban